Sánchez pide «el cumplimiento de arriba a abajo» de la Constitución mientras sus socios gubernamentales la «cuestionan»
Casado acusa al presidente de ser «el que más atacó la Carta Magna en 40 años»
El presidente del Gobierno celebró la De la Constitución recordando que la Carta Magna «trajo convivencia y armonía donde solía estar la tiranía» e introdujo una Espaa que estaba «aislado» en Unin Europea. Dijo Pedro Sánchez, minutos antes de que comenzara el acto institucional en homenaje a la ley básica para su 43 aniversario, a los miles de ciudadanos que hicieron posible la Carta Magna y subrayaron, distanciándose de quienes defienden su profunda reforma y también iniciando un proceso constituyente, que «ahora solo hay que cuidarla, respetándola de principio a fin todos los artículos de la Constitución. , del primero al último «.
El presidente del PP, Pablo Casado, insistió por su parte en que la Constitución es una de las claves fundamentales para solucionar los problemas de España en un momento en el que hay un «revisionismo suicida» en el país. Casado se refirió a las gracias a los condenados del procesos; la homologación del brazo político de ETA, Bildu, como socio prioritario del Gobierno y la revisión de la Transición y el freno de la ley de amnistía como ejemplos de ataque al texto y al espíritu constitucional.
El líder opositor también acusó a Pedro Sánchez de ser quien «más atacó la Constitución en 40 años» y en ese sentido lo instó a «negar» las posiciones de sus socios que, dijo, pretenden releer la historia e incluso preguntarle a Felipe VI para retirar el título de rey. Casado rechazó la posibilidad de una reforma constitucional impulsada por un ejecutivo que, a su juicio, «ni siquiera es capaz de respetarla».
Pese a las palabras del presidente del Gobierno en defensa de la Carta Magna, Unidos Podemos, su socio minoritario en el Gobierno, no dudó en aprovechar la jornada para «desafiarlo», llamándolo «vestido viejo» y pidiendo abrirlo en el canal de manera que los jóvenes que no votaron por él decidan si quieren vivir «bajo una monarquía obsoleta y corrupta» o prefieren una «república moderna».
En estos términos expresó el presidente del grupo parlamentario morado, Jaume Asens, y el primer secretario de la Mesa del Congreso y diputado de United We Can, Gerardo Pisarello.
Ambos aprovecharon no solo para atacar a los partidos de oposición -PP, Ciudadanos y Vox- a los que tachan de «franquistas», sino también contra el propio PSOE, con el que comparten un gobierno de coalición.
Pisarello acusó a los socialistas de «no resistir la involución» con su reiterada negativa a investigar en el Congreso los casos de corrupción que, a su juicio, afectan a Juan Carlos I y al familia real, además de no afrontar el «vaciamiento de derechos y libertades que introdujo el movimiento antifranquista» en la Carta Magna y que, a su juicio, ahora impulsa a la extrema derecha «con el PP a cuestas». «Ante este vaciamiento pedimos», subrayó, «cambios constitucionales sustanciales para proteger los derechos sociales» y redactar una Constitución «verde y feminista».
Por su parte, Asens ha mostrado su rotundo disconformidad con la ministra de Defensa, Margarita Robles, de que la Constitución no necesita reforma. El presidente del grupo parlamentario unido puede insistir en que el país enfrenta tres «desafíos» que deberían incluirse en un nuevo texto constitucional.
Es decir: el desafío democrático con los cambios en el sistema electoral para favorecer la participación directa de la ciudadanía; el desafío territorial de desarrollar el estado bajo un modelo federal, multinacional y en el que se inserta el derecho a la autodeterminación y, finalmente, el desafío social de proteger derechos como la salud, la educación o la vivienda.
La presidenta de Ciudadanos, Ins Arrimadas, cambió de tono al celebrar el «regalo» que según ella es la ley básica española y apuntó, al igual que el PP, contra Pedro Sánchez, acusándolo de ser el primer presidente que «permite a los que atacan la constitución española si son miembros del gobierno «.
Por su parte, el presidente de la La comunidad de Madrid, Isabel Daz Ayuso, reclamó la Carta Magna, la figura del Rey, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad y los símbolos del Estado. Y después de ella, el presidente de Castilla y LeónAlfonso Fernández Maueco pidió hacer un esfuerzo «en defensa del legado de la Transición». Maueco ha cifrado su actual preocupación por «proteger al castellano leonés de las políticas del sanchismo». Incluso el presidente de la Regin de Murcia elogió el texto constitucional y lamentó que dentro del propio gobierno español sea «cuestionado y agredido».
La secretaria general del grupo parlamentario Vox, Macarena Olona, agredió también a la presidenta del Gobierno y a la presidenta del Congreso, Meritxell Batet, quienes a su juicio son las protagonistas de un «auténtico insulto» a la Constitución «en marcha». con los Estados. Campanas de alarma «ilegales» y «secuestro» del Congreso.
Finalmente, el nuevo presidente del Tribunal Constitucional, Pedro González-TrevijanoTambién elogió la Carta Magna que, dijo, «entró en la modernidad y cerró las heridas de la guerra civil». La Constitución de 1978 es «para todos y para todos los españoles» y garantiza los derechos de todos los ciudadanos de la forma «más generosa». «Lo que falta», concluyó, «es desarrollar el espíritu constitucional», algo que debería significar «enseñar la Carta Magna en las escuelas y cuarteles».
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