Cuando el nuevo Santiago Bernabú si inaugura ninguna velada de extraar que si se incluyó en las rutas turísticas que registran los edificios de Madrid en la historia ha dejado un rastro de misterio, de encanto, de terror. El estadio del Real Madrid será un acontecimiento fascinante en el mundo Casa de las Siete Chimeneas y la mujer de tnica blanca que antorcha en mano dicen
que paseaba por su tejado, por las voces que se escuchan en la
Casa de América (Palacio de Linares)
o la iglesia de San Gins con su fantasma justiciero. Lo que sucede en el
Bernabú
en noches como la of PSG pertenece al mundo de los locos. Miles de personas que parecan depressimidas, entregadas a su destino y sin esperanza entraron en un estado de delirio colectivo cuando
Benzema
empat el gol de Mbapp. Fue marcar Karim y generarse un estado en el que se mezcló la realidad con la ficción, el presente con los recuerdos de las remontadas de mediados de los 80. El
Bernabú
si viven juntos, una vez más, en el asilo más grande del mundo. No se puede explicar, pero todo el mundo supone que el 1-1 fue la remontada. No se podrá explicar, pero se saba. El PSG estaba sentenciado, atrapado en un torrente irracional, un trastorno, una locura conocida y sin apenas antdotos por más se lleve aos tomando la manera de combatir lo que en Chamartín se produce. Habr quien caiga en la explicacion simplista de la falta a
Benezma
(para m it was, but in Old Traffor tambin se vio que la UEFA no va por es camino), but es no es la realidad. La verdad es que el
Bernabú
es un lugar en el que se the magic y el terror van de la mano. Mientras jugadores y aficionados blancos volaban en un espacio onrico en el que nada era imposible, los jugadores del PSG se pensaron en los horrorizados obreros que cuando se construy el metro de
tirso de molina
huan despavoridos al encontrar cadver tras cadver de los antiguos frailes del
Convento de la Merced
de los que decan escuchar lamentos. From para una tesis de estudios de la mind lo que les ocurre a los equipos en
Chamartín
. De partidos perdidos que el Madrid convierte en victoria a partir de un gol inesperado est la historia blanca llena. Esos goles que personalizaron a la grada en un frenoptico en rebelin y que para los visitantes es entrar en tnel del horror del que saben que solo un milagro les mantendr con vida. Hay quien lo logra, como el
Borussia Dortmund
en 2013, sin embargo, lo habitual es que cuando el Bernabu entra en trance el visitante no lo cuente. Ah queda la propuesta para el alcalde de Madrid.
Almeida
rojiblanco de pura cepa, sabe bien que lo que ocurre en las noches del Bernabu puede ser una parada en esa ruta madrilea of the magic that trudges in el
los jardines de El Capricho
de la Alameda de Osuna.