Jordi Panyella – Barcelona
“¿No quiere que le alquilemos su apartamento a inmigrantes? No hay problema, pero no se anunciará, porque no podemos hacerlo, nos multarían a nosotros ya ti ”. Ésta es una de las respuestas obtenidas por el equipo de Broll, liderado por Ariadna Fitó, en la elaboración de un estudio que retrata el racismo que se practica en las empresas inmobiliarias de Barcelona, donde inmigrantes, no extranjeros, acceden a la vivienda. En el 86% de las 350 llamadas realizadas por el equipo de Broll, se obtuvieron respuestas similares a esta afirmación cuando se le dijo al agente inmobiliario que la persona que llamaba era un ciudadano con un departamento en alquiler pero que no quería que lo ocuparan inmigrantes.
En el 62% de las respuestas la predisposición fue absoluta a vetar el acceso al apartamento y en el 23,7% de las llamadas se facilitó esta discriminación. Solo el 10% de los agentes inmobiliarios contactados mostró total determinación para rechazar las prácticas racistas y el 4% respondió con una actitud evasiva.
«Hay discriminación práctica, en la sombra, no se puede decir pero se puede hacer», dijo la socióloga Ariadna Fitó, quien ya había realizado un informe similar mostrando que los inmigrantes que recurrieron a una inmobiliaria tuvieron mucho menos éxito en conseguir un apartamento que las personas con apellidos nativos.
El informe presentado ayer fue encargado por el Ayuntamiento y el concejal Marc Serra dijo que el problema descrito en el mismo afecta a «miles de vecinos». El comisionado recordó que la legislación de vivienda prohíbe toda forma de discriminación y, al ser consultado sobre la respuesta del Municipio a este fenómeno, recordó que las competencias no son municipales.