El sector de la vida nocturna ha reiniciado un año de cierre y el sector de la restauración, golpeado por las restricciones anunciadas apenas cinco días antes de Navidad, ha perdido un gran volumen de negocio que no le ha permitido realizar el tan esperado regreso que parecía posible solo en ‘ principios de diciembre. Hay que tener en cuenta que para estos sectores las vacaciones de Navidad pueden representar el 20% de la facturación anual, afirma el Gremio de Restaurantes de Barcelona.
La vida nocturna, cerrada durante casi toda la pandemia durante casi dos años, comenzó el año con cero ingresos y mucho dinero por no poder trabajar en el día históricamente más facturado, el Jefe de Gabinete. El presidente de la patronal Fecasarm, David López, estima que las pérdidas ascienden a 50 millones de euros y que en los últimos días han dejado de trabajar 36 mil personas. Las «recomendaciones» se agregaron en cambio a las restricciones impuestas a la restauración – capacidad del 50% en los restaurantes, máximo diez personas por mesa, restricción de horarios de apertura, establecimiento de toques de queda en algunos territorios -. a cargo del consejero de Sanidad, Josep Maria Argimon, supuso la anulación de reservas y la posibilidad de atender a menos clientes y, por tanto, facturar mucho menos. “Lo que vimos el año pasado volvió a pasar: castigaron la economía y la socialización se produjo en otros ámbitos no legales, especialmente en el ámbito del ocio nocturno”, se queja Roger Pallarols, director del Gremio de Restauración de Barcelona.
A falta de datos oficiales de restaurantes, los pocos datos objetivos disponibles en la actualidad son claros: según Àngel Máñez, presidente del Gremio de Mayoristas de Pescado de Mercabarna, las ventas del canal horeca (las que realizan los hoteles, restaurantes y cafeterías) cayeron un 20% esta Navidad, aunque cuando se anunciaron las restricciones al servicio de catering, muchas empresas ya habían realizado la compra (lo que significa que muchos se quedaron con refrigeradores llenos y tuvieron que congelar). Otro dato a añadir: según Comertia, la asociación catalana de empresas familiares de Venta minorista, sus afiliados de catering estiman que tuvieron un 16% menos de ingresos en diciembre pasado.
A los sectores de ocio nocturno y restauración hay que sumar el de los hoteles, así como los de la montaña, que se han llenado, y mucho, sobre todo por los turistas locales. Los que no levantan la cabeza son los hoteles de la costa y, sobre todo, los de la ciudad de Barcelona, que dependen del 85% de los turistas internacionales, que no venden. En la capital catalana, aunque hoy están abiertos el 70% de los hoteles (un 10% menos que las previsiones realizadas en noviembre), en Navidad sólo tenían un 30% de ocupación y para Cap d’Anno, un 60%, confirma el Gremio de Hoteles.
La desaceleración, luego de unos buenos meses en septiembre, octubre y noviembre, comenzó a mediados de diciembre con la llegada del omicron y las restricciones en varios países europeos, que de repente dejaron de viajar. Ante estos malos datos, nada esperados, los afectados quieren pasar página y ahora creen que llegarán en buenas condiciones recién en febrero, cuando comienzan los congresos más importantes del año: el audiovisual. , Del 1 al 4 de febrero, y el Mobile World Congress (MWC) a fin de mes.
Estos dos congresos tienen como objetivo traer de regreso a Barcelona los turistas de negocios, que representan el 45% de la clientela total de la ciudad, según el director de Hotel Guild, Manel Casals.
El Gremi de Restauració, por su parte, cree que más allá de la vuelta de los congresos, la recuperación no llegará hasta Semana Santa, “lo que habrá supuesto que llevamos dos años de agujero económico en la ciudad de Barcelona, barbarie Dice Roger Pallarols. Este gremio estima que durante la pandemia habrán terminado cerrando el 15% del negocio de restauración de la ciudad, un poco menos de lo que se pensaba inicialmente. “La caída se detuvo porque las empresas más resilientes resistieron, muchas empresas se endeudaron, las ayudas, aunque no todas, aliviaron parte de la carga sobre las empresas y porque el público respondió”, dice Pallarols.
Contrariamente a la creencia popular, los empleadores están enojados con la administración. Una de las cosas que más molestias causó fue que las restricciones impuestas unilateralmente por la Generalitat no se aplicaron en muchas otras comunidades autónomas. Lo consideran un crimen. En este sentido, el director del Gremio de Restauración de Barcelona pregunta: «¿Significa esto que las comunidades autónomas que han aplicado restricciones y que se han encargado de la campaña navideña hablan mucho mejor que otras?» Y él responde: «Por supuesto que no. Los números no lo prueban». Es en este punto que Pallarols pide al gobierno que «empiece a enterarse de que la pandemia tiene poco que ver con restricciones a determinadas actividades» y que en lugar de imponer restricciones, busque otras soluciones.
El portavoz y presidente de Comertia, David Sánchez, pide a las administraciones que «cualquier anuncio de restricciones vaya acompañado de una compensación directa para las empresas de restauración y retail». Así lo afirmó el presidente de Hostaleria Lleida, Josep Castellarnau, quien también pidió que los trámites para solicitar ayudas sean sencillos. «Muchos de los negocios afectados son pequeños restaurantes y bares, negocios familiares que requieren mucho papeleo para obtener ayuda, una misión casi imposible». Llegados a este punto, el Gremio de Restauración de Barcelona lamenta que las bases para acceder a las ayudas, dictadas por el estado, hayan excluido a algunos tipos de emprendedores, aquellos que, por ejemplo, en 2019 tuvieron un saldo negativo sin percatarse de que podrían haber acabado en el negativo porque habían hecho un trabajo.