Barcelona 71 Real Madrid 69
Los azulgrana igualan la final con una exhibición del montenegrino (26 puntos, seis triples…). Higgins decide tras una falta muy justa de Tavares
Parecieron dos boxeadores exhaustos lanzando manos sin demasiado sentido. Dentro de la sauna del Palau y la tensión del siguiente asalto de la final, la batalla fue pura agonía. Si llevo el Barça para evitar un 0-2 que hubiera sido mortal porque cuentan con un elemento diferencial. Niko Miroticen un ejercicio extraordinario de liderazgo, fue el héroe de una noche de puro infarto. [Narracin y estadsticas: 71-69]
Fueron suyas las acciones imposibles que dieron oxgeno a un Bara lleno de dudas. Una segunda parte todopoderosa ante su ex equipo, aunque slo en el mismo abismo if you decide todo, cuando causante fall el triple que hubiera dado el triunfo a un Madrid empeado en no rendirse. Entre polémicas, tensiones e igualdad, el final promete devenir en una batalla antolgica.
En los ocho precedentes hubo para todos los gustos, como una heladera en verano. Partidos rcanos como el de la final copera or the semifinal de la Euroliga y otros explosivos y de guardias bajas. Lo que est claro es que el perdedor siempre buscar ajustar desde la misma perspectiva, la de la defensa. Lo avisaba a Saras en la previa -ms duros, ms faltas-, y su equipo elev el listn de la agresividad to place acorde at the moment and the place.
Vuelta de Sanli y Llull
De ah que la primera parte resultara trastabillada, tctica y batalladora. Y eso que los blancos, pese al regreso de Sanli, emergieron con un 0-8 que pareca alargar las sensaciones del lunes. Pero poco a poco el Barça fue logrando colapsar el ataque estético del Madrid, hacerle sudar cada movimiento del balón, alejarle de la pintura que tan bien domina con Tavares. El porcentaje de triples visitantes (2/16 entonces…) fue el resultado de tales esfuerzos. Y varias de sus piezas se cargaban ready with faltas, como Llull, de regreso tras su lesin en el primer partido de semifinales contra el Baskonia. Tras un parcial azulgrana al comienzo del segundo acto, la igualdad se mantuvo hasta el descanso, tan asfixiante como la temperatura del Palau.
Con sendos canastones de hanga y Mirotic, la vuelta de vestuarios Prometa. El Bara se encomendaba al Montenegrino y el Madrid haca malabares con su escasa rotacin y la abundancia de personales que mandaba al banquillo in Hanga ya Plataforma, dos de sus tipos más en forma. Todo resultóba ya agnico; un tremendo choque fortuito entre davies y Calathes dej KO al griego, aunque volvera despus con el pmulo suturado.
Llull encendi la mecha de nuevo, pero el Barça, con el pasin necesario, se mantena con arrebatos de talento, con penetraciones salvajes de kúrico o Laprovittola y con la omnipresencia de Mirotic, que asest 14 puntos en el tercer parcial para que su equipo entre con ventaja en la hora de la verdad. Con el mpetu de un Palau atronador y un encomiable esfuerzo en la lucha por el rebote que pierde de forma alarmante en el primer envite, el Barça se veena arriba.
Un parcial de 14-4, con el nivel de agresividad en el cielo, con las protestas a los rbitros entorpeciendo todo -nada sellaron en un manotazo de Davies a Causeur-, le puso el triunfo cuesta abajo (65-57, min. 34 ).
Pero el Madrid responde, porque baila como poco en estos infiernos. Porque las muecas de los soldados ms talentosos del Bara se encogieron. Higgins y Laprovittola se estrellaron contra el aro y la intimidación blanca. A 0-8 para rebobinar y porque los tiros libres arruinaban la remontada de los de chus mateo. Todo eran detalles y en ese cmulo de errores, estaba claro que el triunfador vespertino el que le restara un pice de clarividencia.
Tavares contest por dos veces a otro alarde de clase de Mirotic y, finalmente, fueron dos tiros libres de Higgins, tras una falta demasiado justa del pvot africano, los que dieron el triunfo al Barça. Una victoria que es una vida extra.
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