La Escuela de Arte Almería lo muestra como una exposición monográfica del artista asturiano Ricardo Mojardín. Titulada «La mano que mece la gubia», el recorrido por las 59 obras que el boalense sostiene expuestas en este centro docente almeriense, ubicado en uno de los edificios señeros de la capital andaluza, es cases una antológica de su obra gráfica y, por tanto, un repaso a la evolución y la trayectoria de Mojardín en una de las técnicas que más le han gustado desde siempre.
La presencia de Mojardín fue reclamada expresamente por algunos de los profesores y especialistas de la escuela, que conocían desde hacía tiempo la obra del boalense y también sabían de sus años de dedicación docente como profesor de la Escuela de Artes y Oficios de Oviedo.
«Me propuse hacer una exposición personal hace algo más de dos años, pero por las circunstancias de este tiempo de pandemia no se había podido llevar a cabo hasta ahora», explica Mojardín desde el Cabo de Gata, a where ha aprovechado a desplazar con motivo de su colaboración.
En Almería sigue especialmente la faceta de grabador del artista asturiano y dado que es una de las especialidades formativas del centro, se fraguó una colaboración en la que Ricardo Mojardín expondría obra y, además, participaría en un taller formativo. «He aprovechado para hacer una especie de antológica de mi obra gráfica ofreciendo además un carácter didáctico a la exposición, de manera que los alumnos pueden ver distinguidos recursos técnicos y yo he repasado esta larga trayectoria en el grabado», relata.
Asegura que toda esa preparatoria le supuso “rebuscar y recuperar obra” de sus distintivas etapas productivas, no siempre fácil, para llegar a resultado “del que estoy muy satisfecho”.
La exposición insiste en la «querencia especial» que ha tenido siempre Mojardín para la técnica xilográfica o el grabado en relieve, a la que ha sabido aplicar variados recursos, «algunos de intervención propia» para lograr objetivos que «han ido siempre más de las simples preocupaciones técnicas o formales para exigirse en una narrativa conceptual de la que siempre ha estado presente la historia del arte, la naturalidad y la relación del propio autor o del ser humano en general con estos dos entornos”. La muestra, en cuya inauguración Mojardín hizo de maestro de ceremonias esta semana, se divide en dos bloques básicos de grabados. Por un lado, la serie de “Autorretratos sombra”, donde la propia silueta del autor aparece como una sombra proyectada sobre conocidas obras maestras de la pintura, con carácter irónico en un caso, admirativo en otro y crítico en otro. Y un segundo bloque recoge la producción gráfica de las dos últimas décadas, con series como «Karmanimal» o «Animalinks» en las que el autor vuelve a un contacto más estrecho con la naturaleza y propone una reflexión sobre los vínculos biológicos y sensibles unen con el resto de los seres vivos.
La exposición puede verse en Almería hasta el día 25 de febrero. Lo bueno sería que una antológica así hiciera escala en Asturias. “Me gustaría”, dice con cautela el autor.